domingo, 11 de noviembre de 2012

PONTE EN CAMINO...

PONTE EN CAMINO....

ORACION POR LA IX ASAMBLEA  GENERAL

Señor Jesús, envíanos Tu Espíritu.
Que nos acompañe para ponernos en camino
hacia la celebración de la IX Asamblea General.
Que sea para todas una celebración Pascual,
de creación nueva en el Espíritu y
de esperanza firme y comprometida

Queremos caminar siguiendo tus huellas como
tus discipulos.
Danos tu mirada para ver la realidad que nos rodea:
identificar logros y necesidades, fortalezas y debilidades
que nos indiquen hacia donde tenemos que caminar.

Ayúdanos a tener presente la visión y pasión primera,
aquella que alentó y sostuvo a Madre Pilar y
a las primeras Hermanas.

Que nuestras raíces permanezcan vivas,
que tu gracia nos ayude a captar y responder
con fidelidad y creatividad a lo que hoy nos pides.

Teniendo presente en nuestro corazón a cada una
de las hermanas, te pedimos que nos concedas
Tu Espíritu para que ilumine nuestros pasos
hacia la IX Asanblea General.

María, Madre y Reina de la Compañía,
aumenta nuestra fe y nuestra esperanza para
transmitir hoy y siempre el Don recibido.

AMEN.


sábado, 7 de abril de 2012

LA HNA DE LA SONRISA EN LA CARA


María  Antonieta Bohorquez, Marieta para nosotras, nos dejó el pasado martes 27 de marzo, consecuencia de un infarto fulminante.
Marieta se encontraba en Lima desde hacía siete años, en la que fue su última misión: cuidar de sus hermanos.
Pertenecía a la Región de Colombia, donde llegó en el año 1969 y pasó sus años de misionera en todas las misiones de La Compañía en Colombia: Docordó,  Guapi, Callelarga, Buenaventura, Orpúa y finalmente Medellín.
La hermana de la sonrisa en la cara, así la ha definido una hermana nuestra, que la conoció antes de entrar en la Compañía Misionera, y se expresa así hablando de ella, rebuscando en su recuerdo: “era una mujer muy callada, pero con un corazón que vivía el sentir de la gente sencilla, que siempre estaba para la gente que la necesitaba; su disponibilidad no tenía medida; era una mujer con una experiencia de Dios muy profunda…”
Uno de los últimos lugares donde estuvo en Colombia fue El Naranjo, comunidad que pertenece a Guapi (Cauca), donde compartía su vida con la gente, participaba en la formación humana y cristiana de las comunidades. En la escuela del Naranjo impartía clase a los niños y en la pastoral daba formación a las animadoras de la palabra. Le gustaba mucho visitar  a la gente en sus casas, rasgo muy nuestro de La Compañía Misionera.
Nuestras hermanas la recuerdan dibujando algunos aspectos muy característicos suyos que nos permiten tener un esbozo de lo que fue:
yo tuve la suerte de estar con ella en el Naranjo celebrando la Semana misionera, que se realizó a nivel de Vicariato por la celebración del cincuentenario y éramos ella, el P. Miguel y yo, que dábamos la catequesis a distintos grupos de personas… era una mujer de pocas palabras pero siempre disponible.”
Allá donde estuvo, especialmente en Guapi y también en Medellín, se dedicó especialmente al desarrollo y promoción de la mujer, estimulándolas a  organizarse  como cooperativa, enseñándoles artesanías, culinaria, productos de aseo, etc. (¡con muy buenos resultados!) para mejorar su economía familiar y desarrollo personal.
Generosidad
Otra palabra por la que las hermanas la definen: generosidad y servicio: “Siempre atenta y disponible, a pesar de llegar cansada de su casa, de lo duro que le resultaba su situación familiar, jamás se quejaba y siempre estaba pendiente de lo que se necesitaba y se ofrecía con gran generosidad…
Y tantas otras palabras que no la abarcan, sólo pueden dar una pequeña imagen de lo que fue: “Amiga fiel, generosa, servicial y disponible  a la hora que se la necesitase; sencilla, creativa, abierta…”
los pobres:  sus preferidos:
Un aspecto en el coinciden las hermanas es su gran amor y preferencia por los preferidos del Señor, como lo demostró hasta el último momento, en que los más pobres fueron sus propios hermanos, Rodolfo y Pilar, por quienes vivió sus siete últimos años de vida.
 María, sabemos que el Señor ya te ha recibido en sus brazos, ya puedes mirarle cara a cara y regalarle tu sonrisa para siempre. Te recordaremos siempre.
Gracias Señor, por habérnosla regalado todos estos años.
María Bohorquez, misionera de La Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús.